ANTE LA INVASIÓN DE PROYECTOS DE BIOMETANO EN LA PROVINCIA

Ecologistas Zamora alerta de la nueva invasión de macroinstalaciones de biometano. Estos proyectos vienen a reforzar el extractivismo que hace de nuestra provincia una neocolonia. 

Ecologistas llama a los vecinos de localidades próximas a las redes de gasoductos que atraviesan la provincia (Salamanca-Zamora-Benavente y Zamora-Toro-Tordesillas) para que se informen y organicen.

En la misma línea de las burbujas de las macrogranjas y de las macrorrenovables solares y eólicas, y en paralelo con los proyectos de Hidrógeno verde y minería a cielo abierto, llegan a nosotros con los trajes del mejor greenwashing  las macroplantas de biometano. Llegan dopadas por el maná de las subvenciones europeas. Se trata de un paso más para convertir nuestra provincia en un estercolero, una neocolonia de la UE vaciada de población.

Han sido precisamente las subvenciones las que han convertido un sector rechazado por la patronal porcina como no viable económicamente para sus purines, en un gran negocio por el que pujan las grandes corporaciones energéticas y los principales fondos de inversión. 

El biometano no es otra cosa que el biogás mejorado en su porcentaje de metano para resultar similar al gas natural. Por eso resulta fundamental instalar las plantas de producción en la proximidad de la red de gasoductos, que atraviesan Zamora en los ejes Salamanca-Zamora-Benavente, y Zamora-Toro-Valladolid. 

Biogás y biometano se elaboran a partir de basura orgánica mediante un proceso de fermentación en condiciones anaeróbicas (sin oxígeno). El residuo es un pestilente lodo llamado digestato, que nada tiene que ver  con el estiércol o el compost.

Las posibles basuras orgánicas a utilizar en nuestra provincia serán fundamentalmente los residuos de la ganadería industrial -purines y gallinaza-, los lodos de las depuradoras, los residuos de mataderos e industrias alimentarias, y en algunos casos cultivos energéticos o desechos agrícolas.

Aunque la tecnología no es nueva y se viene usando en algunos lugares para su aprovechamiento energético en forma de calor en las propias instalaciones, ha sido a raíz de la guerra de Ucrania cuando la  Unión Europea puso en marcha el Plan REPowerEU, donde se establece un Plan de acción sobre el biometano con incentivos financieros para aumentar de forma espectacular su producción. 

El anuncio de esta piñata de fondos es el responsable de que en Castilla y León, que cuenta con solo dos plantas en su territorio, las grandes empresas se froten las manos y hablen de nada menos que  520 plantas de biometano en la Comunidad. La propia Junta está elaborando un Plan Estratégico del Biogás en el que la ganadería industrial tendrá un protagonismo fundamental. 

En lo que hace a Zamora, se conocen varios proyectos en distinto nivel de elaboración. El más adelantado, del que han dado noticia los medios, es el de Cerecinos de Campos.  Entre el secretismo con el que se está gestando esta burbuja, Ecologistas Zamora tiene noticias de otros en elaboración en El Cubo del Vino y Granja de Moreruela, donde ya está en marcha también una planta generadora de hidrógeno verde. En Villalube la empresa soriana Solarig hizo una jugosa oferta en firme por unos terrenos en la linde con Matilla la Seca, pero sus propietarios desistieron por motivos éticos y por los graves perjuicios que supondría para ambos pueblos.

Y es que las consecuencias negativas de estas instalaciones  todos los promotores las esconden,  envolviendo sus proyectos de un impostado greenwashing -lavado verde-. 

Las principales  repercusiones de esta nueva burbuja son: 

– Se parte de priorizar en exclusiva los beneficios empresariales a costa del bienestar de las comunidades afectadas. Para estas grandes compañías nuestra tierra es sólo un lugar donde extraer recursos y ganar dinero.

– Estas instalaciones procesan basuras contaminantes de las ciudades y de las macrogranjas en un radio de 30 minutos de transporte por camión. Esto supone un tráfico incesante de camiones de gran tonelaje deteriorando caminos y carreteras.

– Dado su carácter “macro”, estas instalaciones no se limitarán a las macrogranjas existentes, sino que actuarán como  un efecto llamada para nuevas instalaciones.

Aún así, el biometano no es viable económicamente sin fuertes primas, subvenciones o tarifas especiales. Cuando se acaben dejarán nuestras tierras llenas de ruinas y chatarra.

– Si ya las macrogranjas porcinas exigen un elevado consumo de agua en zonas con acuíferos sobreexplotados, estas instalaciones no se quedan para atrás en sus propias demandas de agua.

– La gestión de la gran cantidad de residuos que se producen genera muchos problemas, con enormes riesgos de afección a los acuíferos y aguas superficiales de la zona.

– Si a esto unimos los muy escasos nuevos empleos que se generan en la zona, y que los vecinos no se benefician para nada del gas producido, pero sí que estarán expuestos a insoportables y tóxicos olores, el empeoramiento de las condiciones de vida y medioambientales acelerará aún más el vaciamiento rural.

Desde Ecologistas Zamora sabemos por experiencia que la mejor forma de parar estas invasiones es en sus fases iniciales, cuando aún no se han cerrado los contratos o iniciado las obras, lo que explica el secretismo con el que se están acelerando los trámites en los últimos meses y semanas. 

Por eso hacemos un llamamiento  a los vecinos para que antes de tomar una decisión se informen, se unan en plataformas y organicen actos explicativos con personas y organizaciones independientes. Que no sea su silencio el que facilite que estos proyectos tan nocivos para el medio rural sigan adelante sin cortapisas.

Que no nos engañen las empresas, que una cosa son las pequeñas instalaciones para el aprovechamiento de los residuos de pequeñas comunidades o instalaciones agrícolas y ganaderas, produciendo biogás  para esas mismas instalaciones, algo a lo que se negaban hasta ahora los promotores de macrogranjas, y otra muy diferente son estos grandes proyectos para captar subvenciones y dejar en los pueblos lodos contaminantes, malos olores y chatarra industrial a la vuelta de unos años.  

Lo mismo que ocurre con las macroinstalaciones eólicas y fotovoltaicas, lo que necesitamos es un enfoque verdaderamente sostenible que proteja el medio ambiente y el bienestar de las comunidades locales, y que se frene la conversión de nuestros pueblos y nuestro patrimonio natural en tierra de sacrificio de la que extraer beneficios y recursos dejando detrás una estela de despoblación, contaminación y destrucción ambiental.

Zamora, a 26 de enero de 2024

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *